lunes, 1 de octubre de 2007

Habanera*

Cantos de marineros
despiden sus amores en cada puerto.

Algo sé de tu historia,
cuando eras un misterio,
y nos lanzábamos a surcar tu espalda
y a descubrir tu cuerpo.

Hoy te sabemos toda,
ya te pusimos nombres,
te inventamos un dios
y saboreamos tu sal en nuestra boca.

Algo escondes,
dentro de ti algo escondes,
como mínimo algún barco pirata,
y los cuerpos de quienes se atrevieron
a besarte en los labios con desgana.

En busca de tesoros,
del oro en nuevos mundos,
de islas desiertas donde habitar los sueños;
en busca del milagro del pan y de los peces

aún hay quien, santiguándose, se abandona
a tu bendita suerte.

Tienes miedo,
sé bien que tienes miedo
a asomarte demasiado a mis costas.
Y me rozas, suavemente me rozas,
y me dejas tu voz en una concha.

Y te vuelves adentro,
hundiéndote en el fondo,
con tus monstruos marinos y otras leyendas.
Y en tu vaivén antiguo
flota desde hace tiempo una botella con un mensaje escrito
que cuenta tus secretos.

Cantos de marineros
despiden sus amores en cada puerto.

Las luces de la sala se apagan, y Habanera comienza a sonar... Me veo trasladada de nuevo a Tortuga... a la noche fría camino del Infern, a la herrería recóndita y al puerto donde ya no quedan barcos para escapar.

Habanera... está escrita para nosotros, para que sepa que me escondes algo, que hay cosas de ti que nadie sabe, ni siquiera yo, ni siquiera tu ángel, ni siquiera la dulce Dama de la Luna... ¿como puedo pretendender adentrarme en tus abismos?

Habanera no habla de un fin de semana en el monte, solo habla de una noche caribeña y de lo que se llevó con ella. De una noche en que me entregué a tu protección plegando mis alas y acurrucandome en tu regazo durante las horas de las brujas, de los piratas, de los hombres del saco... Durante las horas de los amantes furtivos, de las prostitutas de precio estipulado por el hambre, de los borrachos ebrios de poder e indignidad, de los maltratadores... Durante las horas en las que Morfeo cuida de los que merecen el descanso y tortura a quienes no lo ganaron.

Mis costas... las riberas de mi cuerpo, a veces calmadas y tranquilas como el lago donde juegan las ninfas, a veces bravas y fragantes como los peores acantilados de la Costa da Morte... Entiendo tu miedo, entiendo que no te quieras asomar... me has reconocido como sirena, como la embaucadora que soy, y sabes que mi voz no te guiará nunca salvo a los escollos de la perdición... o eso crees.

No puedo pedirte confianza, pero tampoco puedo hacer mas por ganarla... tu botella, tu mensaje... lo he leido, sé lo que quieres y lo que necesitas, pero no me dejas acercarme y braceo incesantemente intentando alcanzarte, luchando contra el miedo que no reconoces tener, luchando contra la razon que te separa del peligro que escondo.

Tu ganas, o pierdes, todo es relativo.



* Habanera, Alejandro Martinez en Volviendo a Casa www.alejandromartinez.es

jueves, 27 de septiembre de 2007

Lejana noche de abril

He salido temprano
volando de mi balcón.
Se empieza a oler la noche
pronto no quemara el sol.

Y hoy no voy a pensar,
no voy a preguntar.
Saldré volando
para volver de rodillas.

Hay otra realidad
que hoy te quiero enseñar.
Sube a mis alas que están hechas de ilusión.

Y salir,

hoy volveré a pedir
una copa de vino pa beberme tu mirada
y sentirmeun poco más cerca de ti
caminando juntos por el borde de la tapia.

Y algo me dice que esto ya no va a cambiar.
Claros de luna que me ayudan a olvidar.
Ya nada puede pasar

¡Maldita noche!
Me acerco a la perdición
si mezclo tu sonrisa
con un poquito de alcohol.

Ahora no hay nada más
que pueda yo soñar,
ya tengo el cielo
acariciándome la espalda.
Empezaré a pensar,
dejare de temblar,
cierro los ojos y camino hacia delante

Y salir,
hoy volveré a pedir
una copa de vino pa beberme tu mirada
y sentirme
un poco más cerca de ti
caminando juntos por el borde de la tapia.

Ya no me importa que venga el sol molestando.
Mi mundo vale lo que tú quieras pagar.
Regálame un rato más.



Silencioso te acercas de nuevo a mi vida, nueve de abril. Furtivo como un ladrón de sueños y esperanzas me recuerdas que un día fui una mujer enamorada, que hoy lo sigo siendo, aunque lo viva desde las bambalinas de este mágico teatro del amor, circo del mundo.

Los días pasan, iguales unos a otros, entre trabajo, estudio, conciertos y amigos, pero ni uno solo dejas de aparecer, nueve de abril, en mi cabeza, para susurrarme lo mucho que he cambiado, lo mucho que he perdido y o mucho que añoro pensar que eres un día especial: Mi aniversario.

No fui yo quien pidió que aparecieras, nueve de abril, tras un recodo del Camino de Santiago, mostrándome una tapia para caminar que hoy se me antoja sumamente estrecha para dos; una tapia hecha a mi medida, tal vez para que camine sola hasta el final del viaje; una tapia por la que puede que nadie quiera volver a hacer equilibrios; una tapia que hoy sigo construyendo con las lápidas de las sonrisas y los besos que nunca llegaron a existir.

Marcaste, nueve de abril, sin yo quererlo, un hito en mi vida, un antes y un después del amor con compromiso, del amor que todo lo espera y todo lo perdona, del amor con alianzas y planes de futuro, y hoy dejas, nueve de abril, cenizas donde hubo fuego, lagrimas donde hubo pasión y vacío donde hubo plenitud.

Tendré que vivir mi vida sin ti, nueve de abril, sacarte de mis calendarios y agendas, hacer que abandones mi cabeza para resurgir de las ruinas en que quedé cuando marchaste, porque, aunque sé que los amores que mueren son abono para los que vendrán, tú no estás muerto y eso es, nueve de abril, lo que me mata, lo que me hace llorar y pasar frío.

Desde mi soledad, nueve de abril, solo se decir una cosa entre sollozos: Feliz Aniversario, este año, y siempre.



Los azares de la vida me han llevado del 9 de abril al 9 de septiembre... parece que la historia se repite y de nuevo dos almas se unen, mucho mas alla de la carne, mucho mas alla del ser terreno, mucho mas alla de la pasión y el sexo, rozando la divinidad de lo etereo, la espiritualidad de lo divino, la etereidad de lo sagrado y la sacralidad de lo que jamás se mancilló.

Lejana noche de abril, he vuelto a revivirte, con la plenitud que da la madurez de lo vivido y con la ingenuidad de la virgen que se entrega, y hoy, puedo decir que no es repetir errores lo que me hace feliz, sino seguir arriesgándome a VIVIR.

Poeta maldito

"Yo, poeta maldito, solo podría tener contigo madrugadas, deseo, verso. De día duermo. Tu principe azul será mas feo y menos interesante que yo, pero te hará feliz."

Ríes.

Ríes, poeta maldito, y tus carcajadas suenan en perfecto compás de mis lágrimas sobre el asfalto, como las campanas de un recóndito pueblo tañendo a muerte, como los lobos aullando a la luna cuando el invierno les priva de cálida carne donde hendir las fauces hambrientas.

Ríes, poeta maldito, y me siento una desgraciada Cenicienta que no se atreve a buscar su zapatito de cristal, que no puede romper las cadenas que la atan al reloj del Conejo Blanco. Y caigo como Alicia por un interminable túnel de angustia y soledad... Pero el Sombrerero Loco no me ofrece te, sino cicuta, y fumo ansiosa del opio en que se convierten tus palabras.

Ríes, poeta maldito, y seguirás riendo viéndome tropezar una y otra vez con la misma piedra, viendo como la Dama de la Luna desgarra su túnica entre la maleza, persiguiendo algun sueño loco de insomnio... Esta vez el sueño es un caballero negro, que cruzó siete fronteras empuñando su espada por llegar al lugar donde debía encontrarme muchos años más tarde.

Pobre princesita loca, pobre Dama de la Luna, pobre Reina Negra, pobre...

miércoles, 26 de septiembre de 2007

Puntos Suspensivos

Lo peor del amor, cuando termina,
son las habitaciones ventiladas,
el solo de pijamas con sordina,
la adrenalina en camas separadas.

Lo malo del después son los despojos
que embalsaman los pájaros del sueño,
los teléfonos que hablan con los ojos,
el sístole sin diástole ni dueño.

Lo más ingrato es encalar la casa,
remendar las virtudes veniales,
condenar a galeras los archivos.

Lo atroz de la pasión es cuando pasa,
cuando, al punto final de los finales,
no le siguen dos puntos suspensivos.




Esta no va a ser la tónica dominante del blog, pero... ¿qué mejor exponente que El Maestro para reflejar el mundo al que quiero llevaros? Días de tormenta, de furia, de desesperación... que acaban con una sonrisa llena de mordacidad en los labios, la sonrisa vertical, apaisada en ocasiones, que solo nos separa del llanto las fracciones de segundo necesarias para respirar...

Este es el blog de los malditos... No lo olvideis al hacer vuestros comentarios.